jueves, 22 de enero de 2015

Un día de invierno en Chicago.

Conociendo-con-Andrea-Ramirez
En el "frijol" Cloud Gate - Millennium Park.
Para las vacaciones de fin de año, con mi familia hicimos un viaje en carretera desde Montréal (Canadá) hasta Chicago (Estados Unidos). Con mi tío (a quien de cariño toda la vida le he dicho Chino Loco) y su esposa (Diana) nos propusimos conocer el centro de Chicago en un día, para ser más específica el 31 de diciembre del 2014. La aventura inició el 30 de diciembre en la noche buscando un parqueadero ideal para nuestro presupuesto. Chicago cuenta con una modalidad de tarifas de estacionamiento un poco particulares, si uno madruga (hasta las 9 o 10 de la mañana) y sale (en algunos sitios) antes de las 8 de la noche tiene un valor de $14USD a $16USD el día, pero si uno no llega o sale en ese intervalo de tiempo la tarifa se eleva hasta la Willis Tower y llega a valer $20USD media hora...
Recorrido a pie desde el Hotel Hyatt Regency Chicago hasta la Willis Tower.
Encontramos un punto central para nosotros en el Hotel Hyatt Regency Chicago en la avenida Wacker con Stetson, llegamos a las 9:50am (casi no lo logramos), ahí nos dividimos de mis papás y salimos con rumbo a la Willis Tower. A -15°C caminamos por las calles de la ciudad de los vientos rodeando una vertiente del lago Michigan (el río Chicago) por la avenida Upper Wacker. Más o menos cada kilómetro entrábamos al primer edificio que se nos apareciera para calentarnos un poco y continuar con nuestro camino hasta la avenida Jackson Bulevard.
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En el SkyDeck disfrutando de la vista de Chicago en la Willis Tower.
A las 10:30 llegamos a la Willis Tower, a las 11 en punto (Según la información de las fotos que tomé, ¡Gracias tecnología!) subimos en el elevador después de media hora de filas al piso 103 para deslumbrarnos con la vista de Chicago desde el edificio más alto de América (por lo menos hasta ese día en el 2014). Luego media hora después de otra fila nos pudimos parar en una de las cajas de vidrio que salen del edificio para tomarnos un montón de fotos. 
Recorrido a pie desde la Willis Tower hasta el Millennium Park.
Después salimos a pie con destino al Millennium Park por la avenida Jackson Bulevard, en el camino paramos en la librería Barnes & Noble cerca a la estación de metro Jackson-Red y cerca a la estación Adams paramos en un Dunkin' Donuts a almorzar y tener muchas calorías para seguir nuestra ruta. Al frente del Instituto de Arte de Chicago encontramos el magneto más lindo de todas las tiendas de Souvenirs, el cual tiene los sitios más importantes, así que para enfocar nuestro día y recorrer todo el centro nos faltaba el Millennium Park, el Navy Pier (la rueda de la fortuna), y para ese momento el letrero rojo con luces que dice Chicago.
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En el Millennium Park.
Afortunadamente es un sitio fácil de identificar y cuenta con varias exhibiciones artísticas y arquitectónicas. En la zona que da a la Avenida Michigan hay una pista de patinaje sobre hielo, “encima” queda el famoso frijol-bola-nube. La Cloud Gate, es la estructura más reconocida de Chicago, así que por ende hay un montón de personas tomándose selfies a toda velocidad para no congelarse. Hay como una “zona” de camping en el lado oriental del frijol, en donde se puede poner el celular con timer y que todos saliéramos en la foto. (La primera foto de esta publicación fue tomada de esa forma). (No pongo fotos con mis tíos saltando como locos porque en ninguna salimos los tres en el aire, pero quedan para mi pared de recuerdos).
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Bajo la Cloud Gate.
Mis tíos tienen la tradición de ir a comprar a un Hard Rock Café un vaso Hurricane. El día anterior habíamos pasado en el carro pero no recordábamos bien hacia dónde era, así que, hicimos parada técnica para calentarnos y preguntar dónde queda en el Hotel Hard Rock Chicago. Ahí muy amablemente nos dieron un bono de 20% de descuento en compras superiores a $25USD y nos dijeron que el Café es derecho por la Michigan hasta la Ontario y luego tres cuadras a la izquierda.
Recorrido a pie desde el Millennium Park hasta el Hard Rock Café.
Mis tíos con vaso en mano cruzamos la calle y llegamos al McDonalds más (arquitectónicamente hablando) lindo que haya visto. Ahí pedimos nuestros Mokas y mientras esperábamos a que los prepararán, sacamos el súper magneto para preguntar dónde quedaba ese letrero de Chicago. La señoras nos dijeron que eso “quedaba” en el Navy Pier, pero que era muy lejos para ir a pie. Nos pregunto qué de donde veníamos y nosotros muy normal le dijimos “uh, a pie desde el Millennium Park” las señoras abrieron sus ojos y bocas de asombro y nos dijeron “si ustedes quieren pueden ir derecho por la Ohio hasta el lago y ahí queda, ustedes si que tienen ganas de conocer Chicago”. Tomamos nuestras bebidas calientes, recargamos el celular y la cámara y actualizamos nuestras redes sociales.
Recorrido a pie desde el McDonalds al frente del Hard Rock Café hasta el Navy Pier.
Antes de llegar a la Lake Shore Drive hay un subterráneo con señales para los peatones que decían cruzar la avenida para ir al Navy Pier. Por ahí no había ni un alma y terminamos en la playa del lago Michigan justo al inicio de la hora dorada en la que hasta una mosca puede llegar a ser fotogénica. No duramos mucho porque en esta zona no hay nada que tape el viento frío que viene del lago.
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En el Lake Shore.
No nos sentíamos tan mal, pero aparentemente lo estábamos porque un oficial de tránsito se nos acercó para preguntarnos que de dónde éramos para saber si éramos extranjeros y nos moríamos de ganas por conocer Chicago o si éramos locos nativos. En efecto el oficial se rió de nuestras ganas de explorar Chicago y nos deseo un cálido Año Nuevo.
El Navy Pier.
Cuando llegamos al Navy Pier fuimos directo al punto de información para saber dónde quedaba el dichoso letrero, en efecto, no quedaba ahí y era el anuncio del Teatro de Chicago que queda a unas cuadras del Millennium Park... De todas formas pensábamos ir al Navy Pier para ver la rueda de la fortuna, así que caminamos por lo que parecía una gran plazoleta de comidas y de tiendas de souvenirs hasta las escaleras más próximas.
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Con la Rueda de la Fortuna.
Ay me emocioné mucho porque en “esa” rueda de la fortuna (lo más seguro es que no sea ahí sino en una sala de estudio, pero ¿qué importa?) ha salido en muchas de mis películas favoritas, la más actual Divergente (asdfhj se supone que se suben escalando sobre ella <momento de fan>asdfhj). Y desde ese lado el atardecer se veía majestuoso detrás de la tercera ciudad más grande de Estados Unidos.
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Atardecer en Chicago.
Los policías de seguridad nos dijeron que si queríamos ir y que no tuviéramos que caminar tanto podíamos hacer uso de las free trolleys que van desde el Navy Pier hasta la avenida state en ruta circulares. Este trolley para diagonal a la entrada del muelle y hay una carpa azul con una banca de madera, para no perderse en un farol esta la ruta y ahí es la parada.
El Trolley Gratis de Chicago.
Como no sabíamos donde bajarnos le pedimos el favor a la conductora de que nos avisara. Esas personas deben tener muy buena memoria, porque todos los que nos subíamos le pedíamos el mismo favor. Al ser hora pico, el tráfico era lento pero al estar en un lugar calientito no había problema, además que los trolleys al ser turísticos pareciera que uno viajará como lo hacían los antiguos habitantes de la zona para dirigirse a su lugar de trabajo.
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En el Trolley.
La ruta del Trolley inicia en Navy Pier hasta la avenida State, ahí gira a la izquierda y por la avenida Illinois de regreso a su punto de partida.
Recorrido del Trolley desde el Navy Pier hasta la Avenida State
Cuando nos bajamos la conductora nos miraba escéptica de que íbamos a lograr llegar a pie hasta el Teatro de Chicago y nos dijo “Desde acá se puede ver...”, pero como nosotros no tenemos ojos de águila y queríamos ir y sentirnos en el Broadway de Chicago (Hay un teatro que se llama así, pero para ese entonces no sabíamos). Así que emprendimos marcha hacia el famoso letrero.
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Anochecer desde el Rio Chicago.
Debíamos cruzar de nuevo el rio Chicago y desde ese puente y al anochecer se veía mágico, como recomendación lleven cámaras con buenas baterías, porque por el frío y el viento los celulares se congelan y no sirven (y para colmo de males mi cámara resultó con ese mismo problema). Afortunadamente la súper cámara de mis tíos si funcionaba y le pudimos tomar fotos al panorama y obviamente a nosotros con los hermosos edificios de Chicago al anochecer.
Recorrido a pie desde la parada del Trolley hasta el Teatro de Chicago.
Cuando llegamos eran como las 5:45 y no habían encendido las luces del letrero, así que con caras largas nos tomamos las fotos y diciéndonos entre nosotros, “cuando tengamos tiempo las ponemos en blanco y negro para que no se note que no están encendidas las luces del letrero...”
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¡En el Teatro de Chicago con las luces encendidas!
Ya habíamos guardado todo y con guantes en mano nos disponíamos a irnos para el Centro Cultural de Chicago, cuando es que de repente (a las 6, pero en ese momento no estábamos mirando el reloj) se encendió toda la fachada del teatro y como niños pequeños a toda velocidad sacamos nuestras cámaras a tomarle foto (la gente nos miraba como <enserio quieren tomarle foto a ese letrero para que se congelen los dedos de la forma en que lo están haciendo>). Entre nosotros nos mirábamos y decíamos “¡Oh por Dios! Nos vieron con nuestras caras congeladas y nos encendieron nuestra llama de la esperanza” (en realidad no lo dijimos así, pero suena más poético :p).
Recorrido a pie desde el Teatro de Chicago, cruzando por Macys hasta el Centro Cultural de Chicago.
De ahí caminamos hasta la avenida Randolph y entramos al Macy's Chicago, todo estaba desordenado (me imagino que por las fiestas). Mis tíos iban en busca de un regalo y se nos acerco un consultante llamado Larry, el es un señor como de setentaitantos años quien nos ayudo a buscar el regalo, el nos pregunto que qué hacíamos a esas horas caminando por Chicago, así que le contamos parte de nuestra travesía, el con un gusto y con la oportunidad de hablar con alguien acerca de algo no relacionado al trabajo en vísperas de año nuevo, nos contó todo lo que podíamos hacer para celebrar la fecha (al final terminamos en el sofá cansados viendo la transmisión de la caída de la bola en Nueva York) como ir a la First Night que es como una feria que hacen en varios de los suburbios de Chicago en donde los comerciantes y artistas locales se reúnen para iniciar un nuevo año de labores, y obviamente a la media noche con shows de fuegos artificiales. Le dimos las gracias por sus sugerencias y salimos por la puerta en dirección a la Avenida Michigan.
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En el tercer piso del Centro Cultural de Chicago.
Lo bueno de haber llegado a esa hora al Centro Cultural de Chicago es que hay poca gente en sus pasillos y uno puede apreciar las pequeñas exhibiciones de artistas locales. Lo más boom de este lugar es el gran domo del tercer piso y en particular a mi me fascinaron los mosaicos de las escaleras y paredes. Si desean ir esta abierto hasta tarde todos los días del año, pero el 31 de diciembre sólo abre hasta la 7 de la noche, por cierto, it's FREE!!!
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En la Cloud Gate de noche.
Como a cualquier sitio histórico y/o representativo de cada ciudad se debe ir de día y de noche. Chicago no permitiría que fuera la excepción y más aun que a las 6 y media de la tarde (noche en invierno) teníamos todo el parque para nosotros gracias al viento fresco generando sensaciones térmicas en las personas difíciles de demostrar fuera de lugares con calefacción.
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Posando como una sirena en el Millennium Park.
Así que nos divertimos un buen rato sacándonos fotos y haciendo poses innovadoras que después nos tendrían con dolor de piernas al pararnos. A eso de las 7:15 o 7:20 necesitábamos un baño urgentemente, afortunadamente nos encontramos de casualidad a mis papás en el Skyway Concessions en una cafetería. Ahí decidimos terminar con esta aventura en el centro de Chicago, menos mal cuando pagamos el parqueadero si era cierto lo de la tarifa de “madrugadas”.
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En esa foto me creí animadora.